domingo, 28 de noviembre de 2010

Jubilados suecos de senderismo por Segura

















En la aldea de Moralejos, viendo labrar la tierra con mulo - Foto: Javier Broncano

Un grupo de catorce jubilados suecos ha estado una semana conociendo la Sierra de Segura a pie. Es de lo más estimulante ver a gente que ya tiene sus años con ese espíritu deportivo y con tantas ganas de conocer cosas nuevas. Y no menos estimulante es constatar que nuestra Sierra es extraordinariamente atractiva para gente como ellos. De aquí se fueron a conocer Baeza y La Alhambra, un postre al que sólo dedicaron un par de días.

No me cansaré de insistir en la gran potencialidad que tiene el senderismo en la Sierra de Segura, una obviedad que confirman con entusiasmo los que lo practican.  Sin embargo, es un recurso que apenas se pone en valor ni suele considerarse como algo que hay cuidar: las rutas señalizadas son pocas y apenas se mantienen, además de que casi no hay oferta de actividades guiadas. Este grupo de suecos subieron cumbres, se internaron en bosques, conocieron aldeas... y entre tortillas de patata y buen vino hasta tuvieron tiempo de hacer Qi-Gong en la panorámica pradera de Segura la Vieja. Un lujo. Yo quiero ser sueco. Por lo menos, cuando me jubile. Sueco de espíritu, quiero decir, porque tal como pinta la cosa de la jubilación, me temo que va a estar complicado irse a Suecia en verano a hacer senderismo en plan fresquito.


Qi-Gong en Segura la Vieja -Foto: Javier Broncano


2 comentarios:

  1. Hola Javier.

    Me parece interesante este artículo que has sacado sobre la gente que viene al parque a caminar. Ya lo he comentado creo en algún otro sitio pero vuelvo a dar mi opinión El parque, en su filosofía inicial, siempre estuvo consagrado al tema cinegético. Basta entrar al centro neurálgico del parque (la torre del Vinagre) para darte cuenta de ello.

    Esa filosofía todavía se conserva en muchos gestos. Por ejemplo, se permite entrar en 4x4 a casi todos sitios mientras que los que caminamos y queremos hacer montañismo nos sentimos unos furtivos...

    Eso pasa también con las empresas que traen turistas al parque. Su idea es montarlos en 4x4 y llevarlos a tres metros escasos de las lagunas de Valdeazores para que no caminen mucho, no vaya a a ser que les salga una hernia...

    Esto si lo comparas con otros santuarios naturales de España (y Europa) es un caso totalmente singular. En Ordesa, en Picos, en Alpes... en todos estos sitios se prima mucho más el carácter deportivo/senderista/naturalista del territorio y hacia ello se orientan todos los esfuerzos e iniciativas.

    Aquí todavía queda mucho por recorrer. No he visto la reforma de la normativa del parque pero supongo que algo se habrá avanzado :-) Ya veremos a ver.

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  2. Hola, José Antonio,
    creo que la "filosofía cinegética" es un antecedente muy importante del Parque con el Coto Nacional, pero la propia declaración del Parque hace 25 años ya fue la superación de esa filosofía. En la realidad de la gestión del Parque no prima lo cinegético. Tampoco en su normativa, ni siquiera en "emblemas" como Torre del Vinagre, cuyo Centro fue remodelado hace algunos años, desapareciendo aquel horrendo "museo de cuernas". Incluso el parque de Collado del Almendral, ya no se llama "cinegético", sino "de fauna silvestre".
    Con respecto a lo que dices:
    "En Ordesa, en Picos, en Alpes... en todos estos sitios se prima mucho más el carácter deportivo/senderista/naturalista del territorio y hacia ello se orientan todos los esfuerzos e iniciativas".
    Creo que Ordesa y Picos son Parque Nacionales muy distintos de este. Yo entiendo que la administración de este espacio no "prime" lo deportivo ni oriente "todos los esfuerzos a ello", porque aquí no se vive sólo del turismo, sino que en la mayor parte del Parque se vive del olivar y de la oveja segureña.

    Hechas estas matizaciones ¡por supuesto que en este Parque ha habido hasta ahora una falta de visión y de ambición en cuanto al potencial deportivo y naturalista del Parque! Y esa carencia no proviene sólo de la esfera de lo público, sino también de la iniciativa privada, que se tira casi siempre a lo fácil. Aunque hay excepciones, y en Segura tenemos una bien clara: el parapente, aunque minoritario, es un producto consolidado gracias al tirón inicial de una persona, Marc Petiot.

    En cuanto a los Alpes o al Pirineo francés, bueno, es otro mundo, pero es que ahí se parte de unas sociedades distintas con una cultura y una demanda de naturaleza a años luz de lo que hay en el sur de España.

    En fin, todo tiene su momento, aquí aún no ha llegado la hora del senderismo o la bici, pero estoy seguro de que no falta mucho para que surjan emprendedores que aprovechen en serio estas posibilidades. Ojalá sean emprendedores del propio territorio, pero me inclino a pensar más bien que acabarán siendo personas y empresas de otros lugares. La micro-empresa sueca que organizó este viaje no se podía creer que lo suyo era una cosa bastante excepcional en la Sierra de Segura. El problema es que, en el propio territorio, casi nadie se lo acaba de creer.

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