Foto: Javier Broncano
Vaya usted a saber lo que me depara la vida, pero no me importaría nada que me regalara algunas tardes otoñales como las que saben disfrutar estos dos jubilados cerca de la aldea de Los Cañuelos, en Santiago-Pontones. Ojo al sillón. Cuando se marchan, le dan la vuelta para que quede menos expuesto y se deteriore menos.
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Estos si saben... Joer que envidia!!
ResponderEliminarEso si es vivir la vida! y lo del sillon mas de un dia se lo encontraran tapado con nieve jeje
ResponderEliminarUno de mis sueños: contemplar pasar la vida, sentado en una silla de enea, en buena compañía y rodeado de esa paz que hasta se puede palpar con las manos...
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