Jesús Mosterín - Foto: www.clarin.com/.../
Por favor, no os perdais el artículo que publica hoy Jesús Mosterín en el diario El País.
Mosterín, uno de los más brillantes defensores de los derechos de los animales, es catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Barcelona y Profesor de Investigación del Instituto de Filosofía del CSIC.
En su artículo analiza con precisión demoledora los dos argumentos en los que aún se refugian "los enemigos de los toros, es decir, los defensores de las corridas": la tradición y la libertad. Estos son dos de los párrafos clave, referidos al asunto de la tradición (los subrayados son míos):
"Algunos parecen incapaces de quitarse sus orejeras tribales a la hora de considerar el final del maltrato público de los toros. No les importa la lógica ni la ética, el sufrimiento ni la crueldad, sino sólo el origen de la costumbre. La crueldad procedente de la propia tribu sería aceptable, pero no la ajena. En cualquier caso, y contra lo que algunos suponen, ni las corridas de toros son específicamente españolas ni los correbous (o encierros) son específicamente catalanes. De hecho, ambas salvajadas se practicaban en otros países de Europa, como Inglaterra, antes de que la Ilustración condujera a su abolición a principios del siglo XIX".
"Los españoles no tenemos un gen de la crueldad del que carezcan los ingleses; la diferencia es cultural. En España siguen celebrándose encierros y corridas de toros, pero no en Inglaterra (donde hace dos siglos eran frecuentes), pues los ingleses pasaron por el proceso de racionalización de las ideas y suavización de las costumbres conocido como la Ilustración. Aquí apenas hubo Ilustración ni pensamiento científico, ético y político modernos. Muchos de nuestros actuales déficits culturales proceden de esa carencia".
Para leer el artículo completo, clica aquí.
Foto: José Manuel Vargas
Lo que no entiendo es como los mismos que están en contra de la tauromaquia por el maltrato al toro que es un ser vivo, están a favor del aborto, ¿no habíamos quedado en que también era un ser vivo?
ResponderEliminarEl comentario anterior pone en evidencia lo escasos de argumentos que están ya los defensores de la tauromaquia, que tienen que recurrir a aquello de "hay cosas peores". Ni siquiera se atreven a defender lo que aman. Esto marcha.
ResponderEliminarSoy el anónimo de antes, y te aseguro que no defiendo la tauromaquia aunque tampoco esté en contra, solo pienso como tú que hay cosas peores, y el negar a inocentes el derecho a nacer creo que es la peor.
ResponderEliminarCuando acabemos con eso, quizá me plantee lo de la tauromaquia.
Sin duda, este mundo tiene muchos problemas y cada cual tiene su sensibilidad, pero a mí no se me ocurriría descalificar a toda una parte de la sociedad porque sus prioridades o sus valores no coincidan con los míos, o suponga que no coinciden, que es mucho suponer. La aversión a la tauromaquia cruza transversalmente todas las ideologías presentes en la sociedad española, según dicen las encuestas.
ResponderEliminarPor otra parte, si lo que quieres es hablar del aborto o temas similares, respeto tus ideas, pero creo sinceramente que te has equivocado de blog.
¿Consideras que es prioritario un toro a un niño, solo por que el niño aún no haya nacido? ah bueno, entonces es verdad que es mejor no discutir.
ResponderEliminarTú mismo te permites contestar por mí a la pregunta que formulas, a pesar de que no hay nada en este blog que toque ni remotamente el tema del aborto.
ResponderEliminarDe verdad, te agradezco que participes en este blog, pero por favor, no intentes llevarme a tus jardines.
Además, mira, estoy releyendo lo que dices y no sé si estás de coña, porque parece que los que defendemos un trato digno para los animales colocamos juntos a un mihura y a un bebé, miramos a uno y a otro con mucha concentración y decidimos a cuál de los dos hay que banderillear.
El tema era el artículo de Jesús Mosterín, no el aborto. Por cierto, si quieres ver los siete nietos que tiene Mosterín, busca en Imágenes Google "nietos de Jesús Mosterín". Son preciosos. Una verdadera familia numerosa. Y su abuelito, dale que pego con la tauromaquia... hay que ver, qué complicado es el mundo, ¿eh?