viernes, 8 de enero de 2010

Nuestros quebrantas conocen mundo















Foto: www.biolib.cz

Nuestros jóvenes quebrantahuesos han estado muy viajarines últimamente. Por ejemplo, Tono, que tiene por costumbre quitarse de en medio cuando achuchan los calores, pasó sus últimas vacaciones en Pirineos, mientras que Pontones eligió Picos de Europa, aprovechando la vuelta para conocer desde el aire las interminables dehesas de la Vía de la Plata. O sea, que saben elegir, nada de hacer turismo a lo tonto. Y además, qué suerte ser quebranta. No necesitas abigarradas guías de alojamientos rurales y puedes volver a casa haciéndote 700 kilómetros en dos días sin repostar, como fue el caso de Pontones.

Una vez aquí, ya en otoño, Tono y Pontones se reencontraron con otros ilustres miembros de la pandilla, concretamente con Faust y Libertad. Esta última, por cierto, no le hace ascos al turismo urbano: se sabe que, a la vuelta de La Rioja, sobrevoló la mismísima glorieta de Bilbao, en el barrio madrileño de Malasaña.

Los quebrantas más jovencetes, lógicamente, aún no se atreven con tamañas travesías, pero ya hacen sus pinitos. Malena, por ejemplo, liberada el año pasado, ya conoce el Parque Nacional de Sierra Nevada.

Al final, cuando sientan la llamada imperativa de la reproducción –lo que suele ocurrir cuando tienen seis o siete años- todos acabarán volviendo a la Sierra de Segura y comarcas vecinas, que es la zona que tienen grabada en su disco duro desde el día en que fueron liberados.

¡Sed felices, criaturas del viento, y conoced mundo! Yo también, querida Libertad, hice honor a tu nombre en mis años mozos disfrutando de las noches de Malasaña y su fauna urbana, tan biodiversa y atractiva. Allí, precisamente, conocí a un ejemplar de mi propia especie que despertó mi instinto de nidificación, que acabó materializándose en la Sierra de Segura, un lugar perfecto para que tus retoños se críen felices en plan montaraz.

Todo en la vida tiene su tiempo. Aunque debo confesaros, amados quebrantas, que os admiro, pero no os envidio, porque la ventaja de nacer humano es que los tiempos y los lugares para cada cosa –menos una- los eliges tú mismo.

Más información en Fundación Gypaetus
(Salvo para el último párrafo, que requiere una búsqueda más compleja, para la que sólo me atrevo a recomendar las Facultades de Filosofía y/o determinados maestros zen, según el talante de cada cual).

5 comentarios:

  1. Amigo Javier, las vacaciones me han tenido apartado de tu blog durante casi un mes, vuelvo y me encuentro que le has dado caña y que hay mucho que leer... por lo pronto, esta última entrada sobre el quebranta me ha parecido buena buena, sobre todo por esa comparación que haces con el comportamiento de los propios humanos... habría que verte a ti en Malasaña en los 80 jejeje...

    Por cierto, acostúmbrate a los anónimos cobardes y estúpidos como el que hay más arriba... los puedes eliminar, o los puedes dejar, para vergüenza y escarnio de quien lo escribió porque en él sólo se reflejan la estupidez y las miras cortas del "valiente" que lo escribió.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. ...asombrosas las azañas de estos quebrantahuesos. Y más asombrosas aun deben de ser las vistas que contemplan durante sus viajes.
    Bonito artículo, Javier.

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  4. Al pobre Segura (el primero que soltaron) lo fusilaron por la parte de Cazorla. Supongo que para que no "molestase" a los turistas de Arroyo Frío.

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  5. Félix, en este blog no son bienvenidos los comentarios agresivos que generalizan contra todo un colectivo, sea cual sea. Mucho menos contra los habitantes de la Sierra de Cazorla, que son nuestros vecinos y con los que tantas cosas compartimos, empezando por el patrimonio ecológico. Conozco bien las rivalidades entre las dos comarcas, pero estoy convencido de que vamos en el mismo barco y de que hay que airear más lo que nos une a todos que lo que a algunos les separa, independientemente de que cada comarca debe ser justamente reconocida, y de que la Sierra de Segura debe estar alerta para defender su nombre y sus intereses específicos.

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