jueves, 10 de noviembre de 2011

Nuestros pinos salgareños lo dan todo

Este pino salgareño de Los Poyos de la Mesa, viejo, retorcido y cubierto de cicatrices y muñones, lleva inscrita bien visible buena parte de su larga hoja de prestaciones como servidor público. 

Fue útil a los de nuestra especie cuando necesitaban la tea para iluminar sus pobres cortijos. Ahí siguen las marcas del hacha en la base del tronco, recordándonos, de paso, de dónde venimos...


























Regala solares gratis para que los líquenes se instalen cómodamente…


























 Es hospitalario con los pájaros carpinteros, a quienes da toda clase de facilidades para que construyan sus apartamentos con vistas al Valle del Guadalquivir…


























E incluso cuando sus gruesas ramas se desploman, se dejan vaciar y se convierten en acogedoras cuevas para toda clase de animales y animalillos…


























Los árboles nunca buscan la jubilación. Mueren discretamente pagándonos la nuestra, porque sin ellos no hay futuro.




Fotos: Javier Broncano Casares

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