viernes, 19 de agosto de 2011

El ex-coordinador técnico cuestiona la actuación de la Fundación Gypaetus tras el envenenamiento de dos quebrantahuesos





 










El parón que ha sufrido la reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía sigue doliendo y generando debate. A comienzos de agosto recibí una carta de José Eugenio Gutiérrez Ureña, que fue coordinador técnico de la Fundación Gypaetus hasta la conocida oleada masiva de despidos, de la que él también fue víctima. Con su autorización, la reproduzco íntegra. Pido disculpas por el retraso en hacerlo, que se ha debido, no ya a mi lejanía física de la Sierra durante las últimas semanas, sino a la terapéutica distancia mental que me he impuesto durante las mismas hacia todo lo relacionado con la comarca y sus asuntos. 

En su carta, José Eugenio cuestiona las actuaciones y explicaciones de la Fundación Gypaetus tras el envenamiento de dos quebrantahuesos en Castril. Hay que leer sus argumentos con el respeto que se merece alguien que está cualificado como pocos para hablar de los problemas que sufre la Fundación Gypaetus y la reintroducción del quebrantahuesos. Y lo está por experiencia, por conocimiento y por implicación profesional y personal. 

En este blog se está desarrollando parte del imprescindible debate público sobre la crisis de la reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía. Agradezco su participación a todos los que han colaborado hasta el momento en dicho debate y reitero que este espacio de comunicación sigue abierto a todas las opiniones y aportaciones, sin excepción.

José Eugenio, gracias por tu contribución al debate. No soy quién para opinar sobre tu carta... salvo en lo que se refiere al primer párrafo. Ese lo entendemos todos, tengamos o no relación con la reintroducción del quebranta. La manera en que los serranos diagnostican algunos problemas es a veces demasiado drástica, pero tienen sobradas razones pasadas y presentes para analizar las situaciones en términos de las "agarraeras" que tiene cada cual y el movimiento de "los cuartos", como tú dices. He visto y veo esa actitud de resignación en casos mucho más sangrantes que el que aquí nos ocupa, y siempre me ha sublevado la pasividad que suele implicar. Pero al cabo de tantos años en esta Sierra, entiendo que esa manera de "sentenciar" las situaciones -como bien tú expresas- es su forma de vacunarse contra la melancolía de la decepción colectiva. Y hoy, hasta pienso que no es mal punto de partida para superarla.

A continuación, la carta de José Eugenio.

Torredonjimeno, 30 de julio de 2011

Gracias Javier por tu interés por este tema, felicidades por el éxito de tu blog y enhorabuena por el seguimiento que tiene en la Sierra. Estuve el fin de semana pasado en Pontones y algunos de sus comentarios, entre ronda de tragos largos, animaron la conservación hasta altas horas de la noche. A veces la solución o, al menos, el entendimiento de los problemas de la sierra surgen antes de estas conversaciones que de otras que algunos mantienen “al más alto nivel”. Sobre el quebrantahuesos, a mí me quedó la impresión de que en la Sierra no quedan muchos interrogantes. La foto de Pontones sigue en el bar “El Cortijo” y estará para siempre en el recuerdo de muchos. Pero lo del buitre es un tema zanjado. Cuando se enteraron de los despidos, se indignaron y juntaron firmas, pero en el fondo piensan que nos equivocamos al plantarle cara a alguien con buena “agarraera”. Después se enteraron por la maestra de la escuela -ya no hacía falta que los niños fueran a la suelta- de que este año no se iban a soltar quebrantahuesos. Pensaron: ya se les han terminado los cuartos, ya no quieren seguir con esto, qué lástima, cuánto trabajo desperdiciado. Ante la falta de razones, los serranos sentencian y casi siempre aciertan. Desde su clarividencia se resignan y no se marean ni torturan en el análisis. A los serranos se la han jugado muchas veces y así se defienden y juegan ellos con la vida. Aun así, el tema les produce mucha tristeza y desde luego, no creen que todo vaya “mejor que nunca”.
Creo que todo el que haya seguido este blog se habrá hecho una idea de lo que ha ocurrido en la Fundación Gypaetus. En mi opinión, sólo una palabra basta para calificar lo sucedido: sinrazón. Una sinrazón que deja herida, y aunque la mía cicatriza bien, todavía pica con el aire de la sierra. Seis años y medio trabajando para Gypaetus, casi cuatro como coordinador técnico me han enseñado a ver la sierra con otra perspectiva, a conocer mejor a su gente. Mi última visita a la Sierra de Segura me hizo echar de menos mi anterior trabajo y el cariño desinteresado de los pontoneros me reafirmó que nuestra forma de hacer las cosas había calado. Tuve de nuevo la absoluta certeza de que íbamos por buen camino, de que estábamos logrando algo grande en conservación.



En Los Centenares me entristeció la cueva vacía. De allí me traje a la campiña una melancolía que con el fresco de la sierra o con los tragos largos hubiera llevado mejor. Es muy triste lo que ha pasado en la Fundación Gypaetus en el último año. Como dicen en mi pueblo; a quién quiera, que se le presente. Pero creo que ya es hora de superar acontecimientos y cambiar de debate. Es también muy triste que al final siempre se acabe hablando de lo mismo. Con esta intención y con  la de analizar el tema con un poco más de perspectiva te escribo.

Pero antes de eso, quiero refrendar lo dicho aquí por mis antiguos compañeros. Y lo hago porque tienen más razón que un santo. Razones y capacidad para expresarlas, no es fácil juntar un grupo de profesionales así y que trabajen como tiene que hacerlo un buen equipo, uno de los mejores que he conocido en mis veinte años de oficio. Estoy orgulloso además de que sean mis amigos. Esto es algo importante que me llevé de mi paso por la FG. Amigos de verdad y no de circunstancia, ni de contubernio como algún “anónimo” insinuaba. Amigos en la primera acepción del diccionario. A ninguno de ellos conocía antes de su paso por la Fundación, allí nació nuestro afecto personal, y en la Fundación se fortaleció con el trabajo, los retos, las ilusiones y con la satisfacción de hacerlo lo mejor que pudimos.

Pero como decía, creo que el asunto de los despidos, el cambio de equipo…, es historia, ya está zanjado. Desde el punto de vista profesional-laboral creo que está claro: trabajé y me pagaron por ello, me despidieron y me tuvieron que indemnizar. Si trabajé más de lo estipulado, si me ilusioné en mi trabajo fue porque creo que el compromiso y la ilusión deben ser inherentes a la profesionalidad, sin que tengan por qué devengar más contrapartida que el salario establecido. Por otra parte, la FG es una entidad privada en cuyo gerente recae la mayor parte de la responsabilidad de la buena marcha y de los logros de sus objetivos fundacionales. Si éste decide realizar un cambio de equipo y el presidente y los patronos lo apoyan no hay que darle más vueltas, nada que objetar; salvo las formas, eso sí. No pudo hacerse con peores formas y modales. Se podría haber hecho evitando daños y gastos innecesarios, con normalidad y sin prepotencia. Hubiera sido tan sencillo como celebrar una reunión y explicar:

-          Estimados trabajadores, pasado un tiempo prudencial, y tal como vuestra carta pone de manifiesto, hemos podido comprobar que el gerente que designamos en octubre del año pasado no ha conseguido establecer canales efectivos de comunicación con el actual equipo y por tanto, nos parece del todo imposible que en las actuales condiciones, el gerente llegue a adquirir el liderazgo necesario para ejercer con efectividad su cargo de alta dirección. Ante esta cuestión, tres posibilidades, o intentamos imponer por parte del patronato una nuevo modus operandi, o se cambia de gerente, o se cambia de equipo. Estimados trabajadores, hemos optado por la tercera vía. Por tanto, desde este mismo instante decretamos el liderazgo del Gerente e invitamos a aquellos trabajadores que sigan cuestionando su recién decretada capacidad de liderazgo a que abandonen la  FG.

Hubiera sido mucho mejor proceder que el despido improcedente. Seguramente se valoró el coste económico, y no sólo me refiero a las indemnizaciones, sino también al capital humano, a la, aunque eventual, previsible pérdida de productividad que supone cambiar en bloque a todo un equipo técnico que acumulaba una experiencia considerable. Tampoco pesaron mucho en la balanza los éxitos que había conseguido para la FG este equipo. No eran necesarias excusas como una necesaria reestructuración, funciones que desaparecían, rebelión ante las medidas de austeridad y otros argumentos inverosímiles que pronto iban a caer por su propio peso. Si las cosas se hubiesen hecho de otro modo, no había por qué pensar que los despidos obedecieron a una represalia por protestar por la gestión del gerente. La carta desesperada de los trabajadores ponía de relieve un grave problema que se trató de solucionar con una decisión estratégica: apostar por  el Gerente y respaldarlo con determinación absoluta. Por otra parte, era posible pensar que podía haber llegado el momento del relevo. La FG estaba a un buen nivel; se había terminado un LIFE de cinco años que había sido premiado por la Comisión Europea, estaba a punto de iniciarse otro nuevo LIFE de otros cinco años para innovar en la lucha contra el veneno, la nueva página web terminada y, tras el éxito del Congreso Internacional de Jaén, la Fundación tenía un reconocimiento internacional sin precedentes. Sin duda, era un buen momento para el relevo. A alguien de peso en el patronato oí decir que esto de cambiar equipos enteros se hace mucho en Norteamérica, aunque no precisó si era costumbre hacerlo cuando la empresa iba mal, bien, si se hacía de forma periódica…

Incluso creo que es prematuro criticar que el coste de los despidos se haya pagado con dinero público. Si se mira más a medio plazo, puede que el gerente, una vez a gusto y con un equipo a su medida, sea capaz de conseguir financiación privada que supla con creces ese coste y mejore significativamente el rendimiento y los resultados que hasta entonces estaba consiguiendo el equipo. Aunque, como el actual gerente reconoció cuando se presentó el primer día ante el Patronato “el listón estaba muy alto”, gracias al nuevo LIFE cuya concesión trabajó el equipo despedido, ahora, con más trabajadores y más presupuesto, tiene los medios para subirlo a lo más alto. Ojalá sea así. El tiempo lo dirá. Por eso creo que pedir un poco de tiempo es mejor estrategia que repetir una y otra vez que “esto va mejor que nunca”.

Pero mientras pasa el tiempo, hay algo que me desconcierta y preocupa en los primeros pasos de esta nueva etapa, y es que el gerente, cuando hace declaraciones públicas, no aproveche todo el trabajo realizado, que no quiera o no sea capaz de rentabilizar el recorrido de la Fundación que dirige en los asuntos que trata. Cuando habla, por ejemplo, de las consecuencias de la muerte de los dos últimos quebrantahuesos, da la sensación de que es necesario un replanteamiento sustancial. Quizá sea un exceso de sensibilidad, de amor propio en lo profesional, pero no entiendo que el Sr. Charco no aproveche las entrevistas para hablar con determinación de la innovadora estrategia de la FG contra el uso de cebos envenenados, del nuevo LIFE+ contra el veneno, que no recuerde la actuación  social y judicial de la FG ante el anterior episodio de envenenamiento en Castril, que no quiera transmitir a la sociedad que en la FG se conoce bien el problema y que, en la parte que le toca, ha trabajado y trabaja en contra del veneno con una estrategia definida y efectiva en la que pone día a día su mayor grado de compromiso. Me apena que en el Facebook de la FG, ante la pregunta ¿y que estáis haciendo ahora en Castril –contra el veneno-?, la FG responda que 14 charlas a niños. ¿Qué hay de la verdadera participación social? ¿Por qué no habla de las redes locales de gestión de amenazas?

Y tampoco entiendo las razones por las que este año no ha habido sueltas.

Basándome en las explicaciones públicas de la propia FG, no haber liberado quebrantahuesos este año me parece un desafortunado error, porque salvo que existan razones desconocidas para justificar esta decisión o un grave error de comunicación que todavía no haya permitido entenderla, creo que la paralización de las sueltas, aparte de ralentizar la marcha del programa, supone un grandísimo error estratégico en la lucha contra el veneno.

La respuesta informativa ha sido confusa. Por lo que he podido leer publicado en prensa y en la web de la FG, aun no entiendo; ni por qué no se ha soltado, ni por cuánto tiempo no se soltarán quebrantahuesos en Andalucía. Sobre el plazo de la suspensión, la respuesta ha variado desde la paralización de la sueltas hasta que se acabe con el veneno “al cien por cien”, o sea, suspender las sueltas “sine die”, hasta que se suspenden sólo este año. Y en cuanto a las razones, también ha variado la respuesta entre que “la decisión ha sido del EEP”, y punto (Facebook de la FG), hasta que ha sido un golpe sobre la mesa para responder a cuestiones morales y técnicas (Europa Press). En las razones morales apuntadas no entro porque sencillamente no las entiendo (el porcentaje de bajas con respecto a la población total era menor este año que el pasado y el episodio de veneno era tan puntual y localizado que “podía solucionarse pronto”). Pero desde luego el argumento de que la paralización de las sueltas es un “mal menor” porque los pollos no liberados se quedarán en el centro de cría y así se podrán soltar más en próximos años, puede ser eso, un argumento, pero nunca una razón técnica. Que estos seis quebrantahuesos volaran libres y que no permanecieran en el stock de cría, sí que era una decisión técnica.

A esta confusión tampoco benefician asertos como que las liberaciones son solo “una pequeña parte del programa”, cuando, aparte de lo obvio, suponen cinco meses de contacto permanente del programa con la gente de la sierra, o que se eliminen preguntas incómodas en el Facebook de la FG. La FG tiene en su equipo dos técnicos de comunicación que seguro que tienen capacidad para  evitar esta confusión con una información clara y precisa, respondiendo con franqueza y naturalidad a las dudas que el público plantee. No hacerlo así va contra los dos principios fundamentales que deben regir una Fundación como Gypaetus: transparencia y participación.

Volviendo al tema de la lucha contra el veneno y la paralización de las sueltas, lo que saco en claro de este asunto, es que las liberaciones se suspenden sólo este año para “reajustar” la lucha contra el veneno. Pero esto, a mi modo de ver tiene un grave problema: los plazos. Porque para poder justificar la paralización puntual de las sueltas por el episodio del veneno queda poco tiempo, exactamente nueve meses. Y en menos de un año, qué medidas pueden ponerse en marcha que tengan una efectividad contrastada del cien por cien. ¿No creen los responsables de la FG que este planteamiento se contrapone a que la FG esté desarrollando un LIFE precisamente para ensayar medidas innovadoras contra el veneno, y que para ello necesite cinco años y cinco millones y medio de euros? ¿Cómo se piensa testar la efectividad de estas hipotéticas  herramientas contra el veneno antes de las próximas sueltas? ¿Cómo saber antes de la próxima primavera que el “reajuste” es totalmente efectivo? Poner plazos a la lucha contra el veneno es un gran error que además  compromete la percepción social del gran trabajo realizado hasta ahora contra el veneno en Andalucía.

Pero lo que más me reafirma en que es un error es que si analizamos la casuística de este episodio de envenenamiento, si lo analizamos a escala local, resulta que se ha producido en Castril, donde precisamente el uso del veneno ha disminuido de forma notable y verificable gracias al trabajo de la CMA, de la FG y sobre todo, al de los pastores, cazadores y al del propio ayuntamiento. Castril es la región de Europa donde más se sabe de veneno y en donde su uso está mejor monitoreado. Las evidencias de la disminución del uso del veneno en Castril son evidentes y así lo señalan los responsables de la Estrategia contra el veneno de la CMA y de la propia FG. Pero, a pesar de estos avances y de los que estén por venir, nunca podrá asegurarse “al cien por cien” que no pueda volver a producirse de forma aislada un episodio de envenenamiento, ni evitar que ese mismo creciente rechazo social al veneno, que la importancia y el propio éxito del proyecto, generen nuevas motivaciones para usar veneno. De hecho, algunas informaciones publicadas, por ejemplo, las del diario de Sevilla de 22 de junio, apuntan a estas nuevas motivaciones: “algunas personas pueden estar tomando represalias contra la Junta que están pagando los quebrantahuesos. Hiraldo aseguró que esta situación puede solucionarse pronto, según le han comentado, pero la decisión de no llevar a cabo sueltas este verano es firme”. Sobre este riesgo ya advertíamos en la FG en nuestras exposiciones sobre la lucha contra el veneno desde 2008 y así quedó, por ejemplo, recogido en el monográfico de la revista Quercus sobre la reintroducción del quebrantahuesos de Septiembre de 2009: “Las redes locales están actuando de cortafuegos contra las amenazas, pero no hay que bajar la guardia. Toda respuesta social debe ir acompañada de la supresión del más mínimo resquicio de impunidad. Sólo la presión policial, judicial y administrativa evitará que este rechazo generalizado pueda llegar a suponer una nueva motivación para el uso de veneno en determinado individuos asociales”. Sobre esta nueva motivación para el uso del veneno, no existe ninguna estrategia a corto plazo, sólo cabe incrementar una presión que ya es admirable por parte de los agentes de la CMA y del SEPRONA. Pero, por razones obvias, está claro que la peor respuesta ante alguien que pone veneno por venganza, es parar las sueltas. Hacerle pensar que le ha salido bien la jugada.

Decía el gerente que ante el episodio de envenenamiento se ha decidido dar un “golpe sobre la mesa”. Pero más bien pienso que el golpe lo ha recibido el programa y la gente comprometida e ilusionada con el proyecto, y para el envenenador, si al final resulta que lo ha puesto “a mala leche”, un golpecito en la espalda, porque incluso en el mejor de los casos, aunque se le detenga y le caiga encima todo el peso de la ley, no sólo consiguió jodernos bien a todos con la perdida de dos quebrantahuesos, si no que consiguió privar para siempre de una clase de edad a la población de quebrantahuesos. Eso dicho en el idioma técnico, porque en el emocional, ahora que tanto se habla de “amistades especiales” entre quebrantahuesos, significa que ningún quebrantahuesos reintroducido en Andalucía cumplirá cuatro años en 2015, ni ningún otro cinco años en 2016, ni seis en 2017...

Espero que esto se entienda como crítica constructiva. Como decía, seguro que desconozco información y la paralización de las sueltas obedezca a razones más sólidas, y la relación entre el envenenamiento y la paralización son más congruentes. Pero, como técnico y como ciudadano de a pie interesado en el éxito de la vuelta del quebrantahuesos, lo que sí es evidente para mí es que, en el mejor de los casos, ha habido graves de errores de comunicación, y esto es algo que no debe volver a producirse en un proyecto cuyo éxito se basa en la participación social.

Le deseo lo mejor a la FG y ánimo a sus trabajadores que, me consta, también ponen ilusión y compromiso para que todo siga avanzando. No es tarea menor la que tienen por delante. Lo digo con sinceridad, por el éxito de la reintroducción y también por puro interés profesional. Seis años y medio de mi vida trabajé en la FG y sea como sea, al final, este periodo curricular, indefectiblemente será valorado en parte por lo que la FG sea en ese momento o por lo que terminó siendo.

A pesar de los últimos sinsabores, haber formado parte de la FG y haber participado en el Programa Andaluz de Reintroducción del Quebrantahuesos ha sido una de las experiencias más intensas, gratificantes y exigentes de toda mi carrera. Gracias a quienes, desde una posición u otra, en el campo, en los despachos, en la red... han hecho posible este gran proyecto. Y especialmente gracias a aquellos que, soñando con la vuelta del quebrantahuesos, cimentaron las bases para que pudiésemos descubrir un nuevo método  para trabajar por la conservación de una sierra viva. Un modo de trabajar en conservación que es efectivo porque es participativo, un modelo de trabajo que, con el quebrantahuesos como excepcional pretexto, debería extenderse por todas las serranías andaluzas. Conocer de primera mano este procedimiento y entender su funcionamiento, es también otra recompensa importante de mi trabajo en la Fundación.

Gracias de nuevo Javier por tu atención. Espero que tu interés  por las cosas de la Sierra sea compartido cada vez por más gente de dentro  y fuera del Parque. Tu apoyo crítico, mucho más fecundo que el servil, es un buen ejemplo para todos. Hay que tomar partido por los serranos que sienten al quebrantahuesos como parte de su Sierra y hay que velar por los quebrantahuesos que ya sienten la Sierra como suya. Que se actúe con talento, que se obre con razón, porque de nuevo en Andalucía, recordando a Umbral, el cielo  nos contempla desde su mirada de acero y sangre.

Un afectuoso saludo

José Eugenio Gutiérrez Ureña

1 comentario:

  1. DEMASIADO LIGHT. SE SINCERO Y DI LO QUE PENSAMOS TODOS: NO SE ENTIENDE LO DE JESUS CHARCO. VA A ACABAR CON LA FG Y TODO VUESTRO TRABAJO.

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