miércoles, 4 de enero de 2012

Enero en la Sierra de Segura




























Huellas de ardilla en la nieve
Foto: http://www.adventuresofclayball.com

"Con el invierno recién estrenado, enero es tiempo de aires fríos y limpios, de poca luz y mucha agua, de silencio en el bosque y movimiento en el olivar, donde continúa la recogida de la aceituna.

La nieve pone en apuros a  muchos animales a la hora de buscarse el alimento. Pero también protege de las heladas, gracias al aire atrapado en cada copo, a las muchas plantas que quedan bajo su manto y a los animales que hibernan en huras y abrigaños, desde los invertebrados a los tejones, que se permiten un placentero semiletargo gracias a la capa de grasa que han acumulado en otoño. Y a nosotros la nieve nos ofrece el excitante descubrimiento de las huellas de la fauna, adivinando, o tan solo imaginando, las mil correrías de los animales a través de las calcas que van dejando en la blancura.

Los gélidos aguavientos que baten los calares dejan claro cuáles son los campeones del mundo vegetal en tan duras condiciones: las plantas rastreras y almohadilladas como piornos y enebrinas, además del pino salgareño, más achaparrado en estas alturas. Dirige a veces sabiamente todas sus ramas a favor del viento, y se le llama entonces pino bandera.

Pero la vida vegetal dormita. Muchos árboles aprovechan la abundancia de agua para acumular reservas.  Chopos, arces, olmos, fresnos y avellanos, así como muchos arbustos de hoja caediza, están con las ramas desnudas, pero sus yemas nos recuerdan que no falta tanto para que la vida explote de nuevo. Las semillas, bajo el abrigo de la pinocha y la hojarasca, así como bulbos y tubérculos bajo el suelo, están también a la espera de que llegue su sazón con la templanza, si es que antes no han servido de alimento para los animales del bosque. Cochinillas y lombrices contribuyen previsoramente a ir preparando ese renacimiento de la vida, porque en pleno invierno siguen trabajando la tierra húmeda y haciéndola más fértil.

Los reptiles y anfibios están aletargados, aunque el sapillo pintojo puede estar ya emitiendo su débil canto nupcial junto a los aguazales."

Javier Broncano y Joaquín Gómez 

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