domingo, 17 de julio de 2011

Se secan las fuentes de El Maguillo - La captación para riego agrícola es una bomba de relojería

La captación para riego de olivar de El Maguillo (Beas de Segura) ya ha comenzado a tener las consecuencias que preveía el estudio hidrogeológico independiente encargado por los afectados: se están secando las fuentes. Lo sabe la junta directiva de la comunidad de regantes, lo sabe el alcalde, lo sabe la Consejería de Medio Ambiente, lo saben los afectados, lo sabe todo el mundo. Pero no pasa nada.

La captación de El Maguillo, sobre la que tienen puestos sus ojos el Parlamento Europeo y la Comisión Europea, es un caso de libro de insostenibilidad en el uso del agua: se impacta gravemente en ecosistemas frágiles de montaña en un Parque Natural en beneficio de unos cuantos regantes que, a la postre, no harán más que repetir un modelo que todo el mundo dice de boquilla que está agotado, es decir, engordar el invendible tsunami de aceite que cada año produce la provincia de Jaén. Apostar por la cantidad. Un clásico.

La captación de El Maguillo es una bomba de relojería. No para los ecosistemas afectados, cuya degradación ya no es cosa del futuro, sino puro presente. Es una bomba de relojería para la propia comunidad de regantes. Lo que están haciendo es tan fuerte, que antes o después les van a cortar el grifo. En vez de huir hacia adelante y seguir cogiendo agua -impasible el ademán-, deberían preparar un repliegue ordenado para que el probable fracaso de la captación tenga el menor impacto posible en sus bolsillos.

Ahora, lo que toca es que la Consejería de Medio Ambiente, de la que dependen tanto la Agencia Andaluza del Agua como la gestión del Parque Natural, se sitúe donde debe y suspenda de inmediato la concesión de El Maguillo. Toda dilación, maniobra, conchabeo y demás no harán más que complicar las cosas y hacer que esta lamentable historia tenga un final más traumático para los propios regantes.

miércoles, 13 de julio de 2011

Dimito de la Junta Rectora del Parque Natural

Durante bastantes años he representado a Ecologistas en Acción en la Junta Rectora del Parque Natural. Hubo tiempos en los que uno tenía la gratificante sensación de que era útil estar en ese órgano de participación, a pesar de que no se conseguían muchas de las cosas que se pretendían. Hoy en día, ni siquiera se obtiene contestación cuando uno solicita información por escrito. Por eso, ayer envié la siguiente carta al presidente de la Junta:

Sr. Presidente de la Junta Rectora del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas:
 Con fecha 8 de febrero de 2011 envié seis escritos a la Directora-Conservadora del Parque Natural, por correo certificado con acuse de recibo. A pesar de que algunos de ellos solicitaban información por escrito por parte de la Consejería de Medio Ambiente, cinco meses después no he recibido contestación alguna ni indicación de que en algún momento llegue a recibirla.
Entiendo esta radical negativa a facilitar información por parte de la Consejería de Medio Ambiente como una dificultad insalvable para ejercer la más básica participación democrática a través de la Junta Rectora del Parque Natural. En consecuencia, le comunico mi decisión de dejar de pertenecer a la misma.

Un cordial saludo.

Entre los escritos referidos, hay dos que me parecen especialmente significativos y que me gustaría que conocierais.

La primera petición se refiere a los residuos forestales que durante bastantes años han estado abandonados en la finca de Las Herrerías. Quienes eludieron su obligación de retirarlos, se ahorraron un buen dinero en jornales. Es decir, que en lugar de crear empleo, crearon peligro de incendio. La penúltima delegada provincial de la Consejería de Medio Ambiente dijo públicamente en la Junta Rectora que se me facilitaría información sobre los expedientes que pudieran abrirse. Hace ya casi seis años y desde entonces ha sido imposible obtener dicha información. Solo cabe presumir que el delito quedó impune.

 La segunda petición era para conocer con exactitud en qué términos ha dado cumplimiento el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía a la petición unánime de la Junta Rectora para pedir el cese de los peligrosos vuelos militares que continúan produciéndose sobre nuestra comarca y que causaron un incendio forestal en septiembre de 2009. La negativa a dar a conocer el escrito de la Junta de Andalucía hace pensar que, realmente, no ha habido escrito alguno al Ministerio de Defensa, a pesar de las encendidas declaraciones del consejero de Medio Ambiente el mismo día de los hechos en el sentido de que se pedirían responsabilidades a dicho Ministerio.

El mensaje que la Consejería de Medio Ambiente envía con sus negativas a dar la información que se le pide es muy claro: "En este Parque Natural, cuando las preguntas son molestas, da igual echar los escritos al buzón de correos que al contenedor azul más próximo".

Mensaje recibido. No es cosa de seguir perdiendo el tiempo ni de gastar un papel cuyo único destino -espero- es el reciclaje. Al fin y al cabo, quienes van a tener que reciclarse son los que no captan que en este país hay mar de fondo a favor de que, de verdad, se considere a la ciudadanía como tal. Y como ciudadano seguiré en la brecha luchando por esta Sierra. Me siento a gusto en ella, es puro egoísmo.

viernes, 1 de julio de 2011

El Yelmo, el gigante derrotado de la Sierra de Segura













































Cumbre el El Yelmo - Fotos: Javier Broncano

Cuando llegué para habitar en esta Sierra, subir al Yelmo andando de vez en cuando era un rito, un peregrinaje. El Yelmo es un lugar gozoso por las panorámicas que se disfrutan y porque es todo un símbolo de la Sierra de Segura. Desde hace algunos años, sin embargo, el Yelmo ha pasado a ocupar el último lugar en la lista de cumbres serranas a las que a uno le puede apetecer subir.  Y es que la sensación que se tiene arriba es agridulce: El Yelmo es buen sitio para mirar, pero mal sitio para estar.

No lo digo, por supuesto, porque se haya convertido en un lugar frecuentado por los amantes del vuelo libre, para quienes se  dispusieron un par de despegues y se asfaltó el acceso hasta la cumbre. La promoción de este deporte en la comarca ha sido un acierto que nunca agradeceremos bastante a quienes fueron sus pioneros. Tampoco me parece mal que el Yelmo haya sido el lugar escogido para instalar numerosos repetidores de telecomunicaciones. Es evidente que en algún sitio tienen que estar, y seguramente el Yelmo es el más adecuado desde el punto de vista técnico.

El problema es cómo se ha desarrollado el pequeño “complejo de telecomunicaciones” del Yelmo. Sólo hay una palabra para describirlo: caos. Simplemente, cada empresa ha llegado y ha montado su instalación en el lugar y de la manera que le ha parecido oportuno. No se han molestado lo más mínimo en tomar medidas que atenúen su impacto ambiental. Ni nadie parece habérselo exigido, a pesar de estar en un Parque Natural y de que El Yelmo es un monte público propiedad de la Junta de Andalucía.

Estas infraestructuras resultan inevitablemente agresivas, pero se puede, como mínimo:
-          ordenar su emplazamiento
-          enmascarar algunas de sus instalaciones
-          suprimir el ruido y el olor a gasoil de los generadores de energía

Además, en El Yelmo se debe derribar alguna edificación en desuso y hacer diversas actuaciones de limpieza y adecuación de las instalaciones al entorno, dentro de lo posible.

Sería absurdo pretender que El Yelmo vuelva a ser lo que fue, pero sí es exigible que se le tenga un respeto. Al Yelmo hay que devolverle su dignidad como montaña en lugar de considerarlo simplemente como una plataforma de comunicaciones y  un lugar que proporciona ingresos turísticos durante los días que dura el Festival Internacional del Aire.

Aún con repetidores, despegues y asfalto, El Yelmo debe seguir siendo, como siempre, ese lugar adonde uno conduce con orgullo a sus amigos y, sobre todo, uno de los signos de identidad más compartidos por los serranosegureños. Sí, la montaña a la que Don Francisco de Quevedo dedicara su poema "El Yelmo de la Sierra de Segura (Monte muy alto al Austro)", cuyas primeras estrofas decían:

O sea que olvidado,
o incrédulo del caso sucedido,
o mal escarmentado,
¡Oh peñasco atrevido!

Llevas a las estrellas frente osada

de ceño y de carámbanos armada;
debajo de tí truena,
que respeta tus cumbres el verano,
y allá en tus faldas suena
lluvioso y tierno caño;
y donde eres al cielo cama dura,
das a Guadalquivir cuna en Segura.

Por de más alto vuelo

te codiciara el águila gloriosa,
pues arrimado al cielo,
lo que no pudo él osa.
Sobre Olimpo nos muestras por momentos 
las determinaciones de los vientos.
(...)

















Monumento a Jorge Manrique en Segura de la Sierra con El Yelmo al fondo
Foto:  Antonio Somoza